Carlos López Melón, premio nacional por su mejor trayectoria profesional
Un grande de la hotelería riojana
Ya tocaba hacía tiempo pero es mejor tarde que nunca. Han sido sus propios
compañeros de profesión los que han votado y acordado que el hotelero riojano
Carlos López Melón, actual director general de Hotel Gran Vía ha atesorado en su vida los méritos
suficientes para otorgarle el premio nacional a la mejor trayectoria
profesional por la TH Awar 2025, haciendo justicia, tarde pero justicia. La
cena de gala tuvo lugar en el Hotel Garden de Madrid, acompañado de su esposa
Nadina y su hijo Carlos, directivos de la asociación nacional y numerosos
compañeros que llenaron el salón del hotel madrileño. En la justificación de la
placa, se enumeraron los reconocimientos del hostelero riojano en los que ha
sabido premiar aquellas estrategias que han supuesto una mejora tangible en la
operativa hotelera, la capacidad de clientes y la gestión del talento a la
optimización de recursos. Muchos colegas, que no pudieron asistir a la gala,
enviaron un vídeo de felicitación, sumándose de corazón al premiado.
Carlos López Melón ha hecho de su actividad hotelera una razón de ser en su
ideario profesional, aunque, en sus años mozos, quería ser cocinero. No lo ha sido
pero ha estado muy cerca en muchas cocinas a lo largo de sus diferentes tareas.
Dio sus primeros pasos en 1979 en un hotel de Calpe durante los veranos de la
carrera de Turismo a lo largo de tres años. Tras el paréntesis de la mili en
Melilla, trabajó en Zaragoza en dos hoteles y le surgió venirse a Logroño.
Desde 1986 no se ha movido, alternando un hotel u otro pero sin levantar la
casa, primero en los hoteles Murrieta y Ciudad de Logroño, ya como director,
hasta 1999 que abrió sus puertas el Hotel Husa Gran Vía donde se afincó hasta
el día de hoy, mientras gestionaba operaciones de hoteles en Galicia, Asturias,
País Vasco, Burgos, Zaragoza, Alicante, Madrid, Celler y Andorra, entre otros.
Desde 1916 hasta la actualidad, es responsable únicamente del Hotel Gran Vía de
Logroño.
No ha cambiado ni un ápice, lo sigue haciendo y lo seguirá haciendo de forma callada. Generoso e inquieto por naturaleza, siempre está al quite y se implica en acciones y causas sociales de la sociedad riojana sin esperar nada a cambio.
Le gusta, por ejemplo, el futbol, y su equipo es el Atlético de Madrid, colchonero hasta la médula y ha sido socio del antiguo Deportivo Logroñés. Un logroñés de bien y ya está.


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