La celebración del Día de La Rioja, desde el monasterio de San Millán simboliza la entidad de un pueblo, apegado a su tierra y sus tradiciones, mirando al futuro
Soy de La Rioja
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| El Presidente del Gobierno de La Rioja durante su intervención el pasado año |
Celebramos con alegría el 9 de junio de cada año todos los riojanos y riojanas, allende también los que viven en el exterior. Es la cita anual más sentida por todos, marcada en rojo, blanco, verde y amarillo, los colores de nuestra bandera, al amparo de nuestro Estatuto de Autonomía , camino del 50 aniversario. Celebramos lo que somos, lo que nos identifica, lo que nos une. A pesar de este convulso y globalizado siglo XXI , nuestra gente está comprometida a mantener nuestras tradiciones. Somos una comunidad de emprendedores, trabajadores infatigables, con iniciativa, con talento y con capacidad para adaptarnos al nuevo tiempo. Pero no es el sueño de un día, lo que somos no se queda sólo en el aquí y ahora, festividad y celebración, sino que se extiende a lo largo de todo el año. Y lo hacemos con la firmeza del trabajo bien hecho, solidarios con los que nos rodean, en el sacrificio y el tesón, una piña humana para afrontar los avatares del destino, en el respeto por el medio ambiente, en el diálogo y en la palabra.
Celebramos este día con manifestaciones de expresión popular en nuestros pueblos y en el plano institucional en el entrañable acto en San Millán de la Cogolla, al igual que sucediera con el idioma castellano, ya universal y global, donde se acuñaron los primeros pasos de nuestra Carta Magna. Es una fecha también para la reivindicación ante la carencia de infraestructuras de comunicación dignas, por ferrocarril, por carretera y por el cielo, que nos impiden desarrollar oportunidades para el crecimiento de nuestro tejido productivo. Oportunidades para hacer más rentable nuestro sector agrario y sus explotaciones , que asienta población, enganchando con la modernidad tecnológica, la Inteligencia Artificial, el talento de nuestros jóvenes, las energías renovables, la ciencia, la economía del dato y la agricultura sostenible.
Porque creer posible algo, es hacerlo cierto. Cada 9 de junio es hora ya para que las Glosas Emilianenses regresen al monasterio de Yuso, a los valles en los que nació el castellano que hablan más de 600 millones de personas en el Planeta, una legítima reivindicación que nunca jamás nos cansaremos de reclamar. Es la hora de la puesta en valor del artículo 46 de nuestro Estatuto en competencia con el “efecto frontera”. Es la hora de la reforma del Estatuto, durmiendo, más de tres años, el sueño de los justos en un cajón perdido del Congreso de los Diputados.
En esta etapa de nuestra historia, todos debemos arrimar el hombro, como solución a los problemas colectivos e individuales. El desánimo no puede formar parte de nuestro credo.
Soy de La Rioja. Por el futuro, por la esperanza por el orgullo de ser riojano, Feliz Día de Rioja.
Celebramos este día con manifestaciones de expresión popular en nuestros pueblos y en el plano institucional en el entrañable acto en San Millán de la Cogolla, al igual que sucediera con el idioma castellano, ya universal y global, donde se acuñaron los primeros pasos de nuestra Carta Magna. Es una fecha también para la reivindicación ante la carencia de infraestructuras de comunicación dignas, por ferrocarril, por carretera y por el cielo, que nos impiden desarrollar oportunidades para el crecimiento de nuestro tejido productivo. Oportunidades para hacer más rentable nuestro sector agrario y sus explotaciones , que asienta población, enganchando con la modernidad tecnológica, la Inteligencia Artificial, el talento de nuestros jóvenes, las energías renovables, la ciencia, la economía del dato y la agricultura sostenible.
Porque creer posible algo, es hacerlo cierto. Cada 9 de junio es hora ya para que las Glosas Emilianenses regresen al monasterio de Yuso, a los valles en los que nació el castellano que hablan más de 600 millones de personas en el Planeta, una legítima reivindicación que nunca jamás nos cansaremos de reclamar. Es la hora de la puesta en valor del artículo 46 de nuestro Estatuto en competencia con el “efecto frontera”. Es la hora de la reforma del Estatuto, durmiendo, más de tres años, el sueño de los justos en un cajón perdido del Congreso de los Diputados.
En esta etapa de nuestra historia, todos debemos arrimar el hombro, como solución a los problemas colectivos e individuales. El desánimo no puede formar parte de nuestro credo.
Soy de La Rioja. Por el futuro, por la esperanza por el orgullo de ser riojano, Feliz Día de Rioja.
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