INSTITUTO SAGASTA

 

LA PEÑA LOGROÑO OFRECIÓ SU DEGUSTACIÓN CON EL ÉXITO ASEGURADO

 

CHORICILLO Y PANCETA

EN UN SOLO BOCADILLO MAÑANERO

 

Entramos en el “ecuador” de las fiestas pero el cuerpo está tan fresco como el primer día y es para preguntarse: ¿de qué materia están hechos estos peñistas?. La respuesta sale fácil de la boca: son “sanmateos”, las fiestas más esperadas del año y todo lo demás, cansancio incluido, se olvida. En los jardines del Instituto Sagasta, ahora vacío de estudiantes que el próximo lunes volverán a las clases, la Peña Logroño/ Federación de Peñas, se lució un rato largo con su degustación sabrosona y espectacular de choricillo y panceta, todo en un solo bocadillo.

Los 120 kilos de choricillo y panceta dieron para elaborar y cocinar en las parrillas, a fuego lento, un bocata que entraba por los ojos. Los peñistas y las peñistas lo tienen bien estudiado y aprendido. Se lo saben de memoria los hombres y las mujeres, tanto monta, monta tanto: van cortando el choricillo y la panceta en tiras que, a posteriori, se monta sobre la rebanada de pan para servirse. Y así uno detrás de otro.

La Peña Logroño tiene su sede y chamizo en la calle Villegas, 25 que sirve para reuniones, fiestas de socios y otros eventos a lo largo de todo el año. El número de peñistas se acerca a los cien y subiendo, año a año, con gente joven que asegura la vida de la peña.